-¿Por qué me haces esto?. -Ya sabes que es por tu bien; hay tanto mal suelto…- apretó las bridas que unían los tobillos de la mujer y los brazos a cada lado de la cama. Luego, el hombre le descubrió las sábanas, dejando sus pechos al aire, y suspiró excitado; impregnó una gasa con …
